


En el año 1886 John Stith Pemberton, un viejo médico rural se fue a caballo hasta el pueblo, ató su montura, entró sigilosamente en la droguería por la puerta de atrás y empezó a "regatear" con el joven dependiente. Durante más de una hora, tras el mostrador, el viejo doctor y el dependiente hablaron en voz baja. después, el doctor salio. Fue hasta el caballo y regresó a la tienda con una gran tetera antigua, y con una paleta de madera (que se usaba para revolver el contenido de la tetera), y las depositó en la parte trasera de la tienda.
El dependiente inspeccionó la tetera, buscó en su bolsillo interior, sacó un rollo de billetes y se lo alargó al doctor. El rollo contenía quinientos dolares, ¡todos los ahorros del dependiente!. El doctor le dio un trocito de papel donde aparecía escrita la formula secreta. ¡Las palabras de aquel trozo de papel bien valían el rescate de un rey! ¡Pero no para el doctor! Esas palabras mágicas eran necesarias para que la tetera empezara a hervir, pero ni el doctor ni el joven dependiente sabían que fortunas fabulosas estaban destinadas a brotar de ella.
El viejo médico estaba contento de vender esos objetos por quinientos dólares. El dependiente se arriesgaba mucho apostando todos sus ahorros a un trocito de papel y a una tetera vieja. Nunca había soñado que su inversión comenzaría con una tetera que rebosaría de oro y que un día sobrepasaría el milagroso fenómeno de la lampara maravillosa de Aladino.
¡Lo que el dependiente había comprado en realidad era una idea!.
La vieja tetera, y la cuchara de madera y el mensaje escrito en el trocito de papel cosas incidentales. Las curiosas cualidades de aquella tetera empezaron a manifestarse después de que su nuevo propietario mezclara, según las instrucciones secretas, un ingrediente sobre el cual el doctor no sabia nada.
Trate de descubrir que fue lo que el joven añadió al mensaje secreto, que hizo que la tetera rebosara de oro. ésta es una historia de hechos, más extraños que la ficción, de hechos que se inician en la forma de una idea.
Echemos una ojeada a las vastas fortunas que esta idea ha producido. Ha rendido, y sigue rindiendo fortunas inmensas a hombres y mujeres que se ocupan de cultivar caña de azúcar y de refinar y comercializar el azúcar.
La vieja tetera consume, anualmente, millones de botellas, proporcionado trabajo a un enorme número numero de trabajadores del vidrio. La vieja tetera da empleo a un ejército de dependientes, taquígrafos, escritores y expertos en publicidad en todas las partes del mundo. Ha obtenido fama y fortuna para muchísimos artistas que han creado cuadros magníficos que describen el producto.
La vieja tetera ha convertido un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos en la capital sureña de los negocios, donde ahora beneficia directa o indirectamente cada negocio y casi cada residente de la ciudad.
La influencia de ésta idea beneficia ahora a todas las ciudades del sur de Estados Unidos, donde millares de jóvenes reciben el entrenamiento diario para el éxito.
Si el producto de esa vieja tetera de bronce pudiera hablar, nos contaría escalofriantes historias de novela, en todos los idiomas. Novelas de amor, novelas de negocios, novelas de hombres y mujeres profesionales que se ven estimulados a diario por ese producto. El autor está seguro de una de esas novelas por lo menos, pues tiene parte de ella, y todo empezó no muy lejos de donde el dependiente lo compró al medico la vieja tetera. Allí fue donde el autor conoció a su esposa, y ella le habló por primera vez de la tetera encantada. Era el producto de aquella tetera lo que estaban bebiendo cuando el le pidió que lo aceptase "para lo bueno y para lo malo".
El misterioso ingrediente que el dependiente de la droguería -Asa Candler- mezcló a la formula secreta era... ¡La imaginación!.
Todos sabemos la influencia que éste famoso refresco ha tenido en cada ciudad, pueblo , aldea y encrucijada del mundo, y que cualquier idea que usted pueda crear, tan buena y meritoria como la de éste emprendedor tiene la posibilidad de duplicar el record de éste refresco mundialmente conocido.
Fuente:
Piense y hágase rico (Napoleón Hill)
Curiosidades.
Vídeo.
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