sábado, 6 de noviembre de 2010

¿DONDE EMPIEZA EL ÉXITO? II



EN BUSCA DE LA LUZ.
S.B. Fuller había agotado todas las fuentes de crédito que conocía. "Era entrada la noche -recuerda-. En la oscuridad de mi habitación, me arrodillé y empecé a rezar. Le pedí a Dios que me condujera a una persona que me prestara a tiempo los 10.000 $ que me faltaban. Me dije a mí mismo que bajaría con mi automóvil por la calle Sesenta y uno hasta que viera la primera luz en un establecimiento comercial. le pedí a Dios que hiciera que aquella luz fuera un signo que me indicara su respuesta". Eran la once de la noche cuando S.B. Fuller empezó a bajar por la calle Sesenta y uno de Chicago. Al final, tras recorrer varias manzanas, vio luz en el despacho de un contratista. entró. Allí, sentado junto a su escritorio, cansado de trabajar hasta tan tarde, se encontraba un hombre a quien Fuller conocía vagamente. Fuller comprendió que tenia que ser valiente. "¿Quiere ganar 1000 $?", le preguntó fuller directamente. El contratista se vio sorprendido por la pregunta. "si claro" contestó. "En tal caso, extiendamé un cheque por valor de 10.000 y, cuando le devuelva el dinero. le daré 1.000 $ de beneficio", Recuerda Fuller que le dijo al hombre. Le indicó al contratista los nombres de las demás personas que le habían prestado el dinero y le explicó exactamente y con todo detalle en que consistía el negocio. Antes de que terminara aquella noche tenia en su bolsillo un cheque por valor de 10.000 $. Posteriormente consiguió intereses con derecho de control no solo en aquella empresa si no también en otras siete, incluidas cuatro fabricas de cosméticos, una fabrica de géneros de punto, otra de etiquetas y un periódico.
Cuando hace poco le pedimos a
Fuller que explorara con nosotros el secreto de su éxito, el nos contestó con las palabras que le dijo su madre hacia muchos años: Somos pobres... no por culpa de Dios. Somos pobres porque tu padre nunca tubo el deseo de ser rico. Nadie en nuestra familia ha tenido jamás el deseo de ser otra cosa".
"Miren - nos dijo-, yo sabía lo que quería, pero no sabía como conseguirlo, Por consiguiente , leí la Biblia y libros de inspiración para alcanzar un propósito. Pedí en mis plegarias el conocimiento necesario para alcanzar mis objetivos. Mi mayor fuente de inspiración procede de la biblia.
"Cuando uno sabe lo que quiere, es más probable que lo reconozca cuando lo vea. Cuando se lee un libro, por ejemplo reconoce uno las oportunidades capaces de ayudarle a conseguir lo que desea." Lo que importa aquí es observar que S.B, Fuller empezó su vida con muchas menos ventajas de las que tenemos casi todos nosotros, pero eligió un gran objetivo y se dispuso a alcanzarlo. como es lógico, la elección del objetivo es individual. Usted tiene el derecho personal a poder decir: "eso es lo que yo elijo. Eso es lo que yo quiero conseguir." Lo tiene todo que ganar y nada que perder si lo intenta. El éxito sólo pueden alcanzarlo y conservarlo quienes lo siguen buscando con una actitud positiva.

Fuente.

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